¿Quién es Paloma Valencia, la discípula de Uribe que busca ser presidenta de Colombia?
Por Sebastián Jiménez Valencia, CNN en Español
Paloma Valencia quiere que se confirme que ella es la alumna destacada de Álvaro Uribe que puede llevar a su grupo político de nuevo a la Presidencia. La senadora, elegida por medio de la encuesta interna del partido Centro Democrático para ser su candidata a las elecciones presidenciales de 2026, lleva años defendiendo el nombre y el proyecto del expresidente de derecha en Colombia y ha buscado por mucho tiempo ser la cara visible de ese movimiento.
Heredera de dos familias políticas, crítica férrea de Gustavo Petro, polémica y a la vez considerada moderada dentro del uribismo, ¿quién es Paloma Valencia y qué posibilidades tendrá en las elecciones de mayo próximo?
Valencia, que lleva tres periodos como senadora, estudió Derecho y Filosofía e hizo una especialización en Economía y una maestría en Escritura Creativa. Nació en 1979 en Popayán, Cauca, en el occidente de Colombia. Es nieta de Guillermo León Valencia, presidente conservador entre 1962 y 1966, y de Mario Laserna, fundador de la Universidad de los Andes.
Antes de ser senadora, fue columnista y analista en medios de comunicación.
En 2006 tuvo su primera aspiración electoral: se lanzó por el partido Alas Equipo Colombia a la Cámara de Representantes, sin éxito. Llegó al Senado en 2014 en la lista cerrada del recién creado partido Centro Democrático de Uribe. En 2018 fue precandidata presidencial, pero terminó apoyando a Iván Duque, quien finalmente llegó a la Casa de Nariño.
En el Congreso, Valencia consiguió convertir en ley a tres de sus proyectos: la promoción del consumo y comercialización de la panela, el fin del monopolio de los departamentos para producir licores y una ley de incentivos para pequeños negocios. Es miembro de la Comisión Primera del Senado, encargada de las reformas constitucionales, leyes estatuarias y organización territorial.
Considerada como una senadora disciplinada, desde 2022, es una de las figuras visibles de la oposición al Gobierno de Gustavo Petro. Valencia misma se describe como la opositora de mayores logros: llevó a poner en el limbo el Ministerio de Igualdad creado por Petro, consiguió frenar el nombramiento de embajadores sin requisitos y se opuso en el Senado a la consulta popular; además, busca tumbar la reforma pensional del Gobierno.
La senadora tene frecuentes enfrentamientos con miembros del petrismo, como los legisladores Iván Cepeda (hoy candidato presidencial) y María José Pizarro, y a lo largo de los años ha estado envuelta en polémicas por sus declaraciones. En 2015 sugirió, en una entrevista, que el departamento del Cauca podría dividirse entre indígenas y mestizos. El Cauca es el departamento con mayor porcentaje de población indígena del país, con cerca del 20%.
Valencia es la primera mujer en ser candidata presidencial del Centro Democrático. Llega tras un proceso interno extenso y marcado por el asesinato del precandidato Miguel Uribe Turbay. En su campaña, Valencia ha puesto la economía y la seguridad como ejes.
Fue elegida a través de dos encuestas contratadas por el partido en las que superó a las también senadoras María Fernanda Cabal y Paola Holguín. Si bien ambas reconocieron el resultado, Cabal pidió la publicación de los datos y la auditoría de las mediciones para despejar dudas sobre la transparencia, un reclamo que revive críticas recurrentes sobre los mecanismos del partido y el peso real de la decisión del expresidente Álvaro Uribe: las encuestas inicialmente iban a hacerse en noviembre, pero hubo cambio de encuestadora y en el medio se dio la salida del proceso de Miguel Uribe Londoño, padre del fallecido precandidato.
La elección de Valencia también confirma que el partido de Uribe apuesta de nuevo por una persona moderada (como lo hizo con Iván Duque en 2018) que pueda recoger apoyos de votantes de centro. Si bien es considerada en Colombia como una uribista ‘purasangre’, en su ejercicio legislativo y mediático, Valencia es conocida por participar en debates con contradictores y plantear espacios de diálogo con políticos por fuera de su partido y es vista como menos radical en sus posiciones que compañeras como María Fernanda Cabal.
Pero el desafío de cara a 2026 es grande, pues tanto Valencia como sus copartidarios han tenido números bajos en las encuestas electorales, lejos del abogado Abelardo de la Espriella, el outsider que hoy lidera, según los sondeos, en el espectro de la derecha y quien se lanzó por firmas.
Paloma Valencia dijo que podría hacer alianza electoral con quien sea que no haya apoyado a Gustavo Petro, incluyendo al centrista Sergio Fajardo, a quien Valencia ha descrito como “inteligente y capaz” y que va tercero en las encuestas, detrás de Iván Cepeda, candidato del oficialismo, y De la Espriella.
En principio, Valencia participará en una consulta interpartidista en marzo para definir un candidato que reúna las fuerzas opositoras en Colombia, pero sin la participación de Fajardo y De la Espriella.
Si no despega en las encuestas y no gana esa consulta, Valencia podría terminar apoyando a alguno de esos candidatos con el objetivo de impedir la continuidad del proyecto de Gustavo Petro en el poder.
Al agradecer su nombramiento como candidata este lunes, Valencia reiteró que le debe su formación política a Álvaro Uribe. Es sin duda una alumna fiel del expresidente, pero quizá en la campaña de 2026 eso no sea suficiente para llegar al poder.
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