Quién es Alejandro Gil, el influyente exministro de Economía de Cuba condenado a cadena perpetua por espionaje
Por Mauricio Torres, CNN en Español
El 6 de febrero de 2024, en su cumpleaños número 60, el entonces ministro Alejandro Gil Fernández compartió en su cuenta de X algunos de los mensajes de felicitación que había recibido. Uno de ellos fue del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, quien replicó una publicación del Ministerio de Economía y Planificación —actualmente borrada— y envió un abrazo al funcionario.
Tan solo unos días después, Gil fue cesado del cargo que había ocupado desde 2018, en un hecho que marcó el inicio de su caída en la vida pública de Cuba.
Este lunes, a más de un año con ocho meses de su destitución, el Tribunal Supremo Popular de Cuba condenó a Gil a prisión en dos procesos, según informó la propia institución en un comunicado. En el primero, le impuso cadena perpetua por espionaje, cohecho y sustracción y daño de documentos. En el segundo, la pena fue de 20 años de cárcel por cohecho para falsificar documentos, tráfico de influencias y evasión fiscal.
Gil tiene 10 días para apelar la sentencia. CNN busca contactarlo a él o a sus abogados para pedir comentarios sobre el caso.
Gil es ingeniero en Explotación del Transporte. Trabajó en empresas estatales dentro y fuera de Cuba y ocupó diversos puestos en el Ministerio de Finanzas y Precios.
En 2018, fue nombrado ministro de Economía y Planificación, un cargo que encabezó hasta 2024 y desde el cual fue responsable de instrumentar medidas de ajuste como el incremento de precio de los combustibles. Junto con otras acciones, esta alza generó un fuerte descontento entre la ciudadanía.
Además, en diciembre de 2019 fue elegido viceprimer ministro, un nombramiento que puso de relieve su peso en la política nacional.
Fue también diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba y pertenece al Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), el único legal en la isla.
Carlos Rodríguez Arechavaleta, profesor de Ciencia Política de la Universidad Iberoamericana, dijo a CNN que Gil era una figura “sui géneris” porque no tenía vínculos con los sectores políticos tradicionales de Cuba, sino que llegó a altas esferas a partir del Gobierno de Díaz-Canel. Este factor, agregó, lo hacía “relativamente vulnerable”.
“Entonces, cuando aparece en la escena política cubana Alejandro Gil, siempre llamó la atención su perfil, que era un perfil relativamente desconocido, y aparece en todo este período posterior al cambio, a la sucesión en el liderazgo cubano posterior a Fidel Castro, es decir, en el período de Raúl, y realmente llega al Consejo de Ministros y como ministro de Economía en la etapa más reciente de la presidencia de Díaz-Canel”, expuso el académico.
Durante sus años como ministro, Gil fue la cara pública de medidas profundamente impopulares que contribuyeron a empeorar la compleja situación económica de la isla, entre estas, una subida masiva de los precios del combustible para los cubanos.
La noticia de su sustitución, sin embargo, conmocionó a muchas personas que no están acostumbradas a ver a altos cargos del Gobierno comunista enfrentarse a acusaciones de corrupción.
Gil fue separado del cargo de ministro de Economía y Planificación en febrero de 2024 y, al mes siguiente, el Gobierno de Cuba anunció la apertura de una investigación por presuntos “graves errores” del exministro.
Un mensaje del presidente Díaz-Canel, leído entonces en medios estatales, decía entonces que no se tolerarían posibles actos de corrupción. “Bajo este principio, se mantendrá la legalidad, la confrontación permanente, la transparencia y la cero tolerancia ante este tipo de acciones que afectan a nuestro pueblo”, agregaba.
El 31 de octubre de este año, la Fiscalía General de Cuba informó en un comunicado que imputó a Gil y otras personas —cuyos nombres no reveló— “por los delitos de espionaje, actos en perjuicio de la actividad económica o de la contratación, malversación, cohecho, falsificación de documentos públicos, evasión fiscal, tráfico de influencias, lavado de activos, infracción de las normas de protección de documentos clasificados y sustracción y daño de documentos u otros objetos en custodia oficial”.
Dentro de esa línea, el Tribunal dijo este lunes que la sentencia contra el exministro se debe a que, según sus conclusiones, Gil aprovechó sus cargos públicos para obtener beneficios personales, recibir dinero de empresas extranjeras y sobornar a otros funcionarios para legalizar la adquisición de bienes.
Rodríguez Arechavaleta, por su parte, expuso que las “purgas políticas” han sido una práctica común en la isla desde la etapa posterior a la Revolución Cubana.
“Siempre que hay una situación difícil, que amenaza la cohesión o la estabilidad, o alguna situación de crisis económica, o crisis en algún punto, tal vez en política exterior, siempre ha aparecido una figura ad hoc para ser enjuiciada y ser acusada de espionaje, de diversos delitos, delitos de Estado, con gravedad, y han sido sancionados con grandes penas”, dijo el analista.
“Estamos viendo un patrón que se ha repetido a lo largo del período revolucionario”, concluyó.
CNN contactó a la Presidencia de Cuba para pedir comentarios sobre el caso y está en espera de respuesta.
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Con información de EFE, Abel Alvarado y Patrick Oppmann.