Rodrigo Paz asume en Bolivia y asegura que consiguió combustible y dólares. ¿Le alcanzará para poder gobernar?
Por Gonzalo Zegarra, CNN en Español
Rodrigo Paz asume este sábado la presidencia de Bolivia con la misión de apagar varios incendios económicos que amenazan con hacer tambalear su gobernabilidad, y con una oposición que estará principalmente en las calles mirando con recelo el acercamiento a Estados Unidos, donde el líder centrista ya consiguió acuerdos financieros.
“Quiero darles la buena noticia de que el tema de combustible está garantizado”, anunció Paz en sus redes sociales, luego de haber prometido que solucionaría el tema en sus primeros días de gestión. El país, con enormes reservas de hidrocarburos, lleva meses registrando largas filas para conseguir gasolina y diésel, lo que afecta la cadena productiva.
“Hizo las gestiones y habrá algo de combustible en el corto plazo. Está dando las señales de un gobierno proactivo”, comentó a CNN el economista Enrique Ayo, que advirtió que ello no colmará las expectativas de la población. “Van a incrementar los precios. La gente está esperando que una vez que se consiga el combustible, baje el precio de los productos, pero eso es falso. El gobierno va a tener que frenar las expectativas”, apuntó.
Las autoridades entrantes no han detallado qué planean hacer con los subsidios a los carburantes, que bordean los US$ 2.900 millones por año, según el Presupuesto General de 2025, cerca de un 4 % del PBI.
“Hay un criterio de que se debe ajustar el patrón de desarrollo de la economía, pero no tanto el patrón social comunitario”, agregó Ayo.
Ese reajuste económico es “fundamental”, pero “tiene un doble filo”, indicó el politólogo Franco Gamboa, investigador de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), de La Paz. “Resolver el abastecimiento de combustible equivale de inmediato a devaluar (la moneda boliviana). Se requiere reducir la enorme subvención, pero no sabemos si va a ser un mecanismo de shock o progresivo”, agregó. En esa rueda, tanto la subida del precio de la gasolina y diésel como un aumento de la cotización del dólar impulsarían la inflación, que en julio rozó el 25 % interanual, un récord interanual de casi 40 años, según cifras del Banco Central.
“El encarecimiento de la canasta familiar tiene un costo social que no se ha medido. Es una explosión que no se sabe por dónde va a ir”, dijo Gamboa.
Paz ganó en segunda vuelta con el apoyo de muchos votantes desencantados y otros sectores que anteriormente apoyaban al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido que cierra su ciclo de 20 años casi ininterrumpidos y que quedó prácticamente sin representación en la Asamblea Legislativa, por lo que sus demandas se volcarán por vías externas al Congreso.
“La paciencia va a medirse según desaparezca la presión del combustible, pero definitivamente habrá un clima de protestas”, dijo Gamboa, que señala que hay expectativa de aumentos en precios clave de la economía: los medicamentos, el transporte público y la marraqueta, un tipo de pan que es un símbolo de la crisis económica y que algunos panaderos achicaron para poder seguir vendiendo al mismo precio.
El MAS, que quedó dividido tras el enfrentamiento entre el presidente Luis Arce y el exmandatario Evo Morales, busca reconfigurar sus fuerzas de cara a las elecciones, ya que en menos de seis meses el Gobierno enfrentará una prueba en las urnas, con comicios autonómicos para elegir gobernadores y alcaldes.
“Los conflictos van a presentar un caldo de cultivo para rearticular los liderazgos, con políticas no nacionales, sino en el plano regional y local”, dijo Gamboa. “Son dos líneas: el evismo va a tratar de mantenerse caliente, una oposición no oficial, con el movimiento cocalero; el masismo va a tratar de recuperar un liderazgo en lo que llaman el bloque popular de izquierda”, analizó.
Morales tiene una orden de captura en su contra por un caso de trata agravada que él rechazaza y permanece resguardado en la región del Chapare. Afirmó en sus redes que fue invitado a la investidura de Paz, aunque dijo que necesita garantías y que se anule la orden para poder asistir.
El exmandatario pidió a la Justicia que actúe a su favor “tal como benefició a los autores del golpe de 2019”, en referencia a la liberación de Jeanine Áñez, luego de que el Tribunal Supremo anule la sentencia contra la expresidenta por el caso “golpe de Estado II”.
Áñez, quien en 2019 comenzó su interinato con gestos como entrar con la Biblia al Palacio de Gobierno, coincide con otras medidas simbólicas de Paz, como el retorno del escudo de Bolivia a las comunicaciones oficiales, en lugar de los motivos andinos y amazónicos que usaba el MAS. Gamboa afirma que la liberación afecta la narrativa de golpe de Estado, pero advierte que sectores evistas y cocaleros “van a exacerbar sus acciones de protesta”.
José Orlando Peralta, politólogo de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, considera que Paz afrontará la situación de Morales bajo un análisis de costos y beneficios, teniendo en cuenta que su detención podría causar agitación social. “El evismo tiene un millón de votos dispersos y apunta a las elecciones de marzo. Van a buscar espacios para afianzarse”, indicó. También remarcó que algunos grupos sociales ya están mostrando el desacuerdo por el acercamiento de Paz a Washington.
En el plano parlamentario, el oficialismo (Partido Demócrata Cristiano) tiene una situación más cómoda: posee la bancada más numerosa y ya recibió el apoyo de la segunda fuerza, Alianza Unidad, así como de algunos legisladores que fueron elegidos por la Alianza Libre, por lo que alcanza la mayoría simple y si mantiene los consensos, también los dos tercios.
“No está claro quién va a ser la oposición” en la Asamblea, dijo Peralta.
Sin embargo, las pugnas pueden presentarse en el propio Palacio Quemado. Buena parte del apoyo que consiguió Paz fue a través de su candidato a vicepresidente, Edman Lara, un excapitán de la Policía que brilla en TikTok y aportó al binomio la cara de renovación. Durante estas semanas de transición, Lara se quejó en una transmisión de que Paz ya no le contestaba llamadas ni respondía mensajes.
Peralta considera que el círculo de Paz “ha tratado de controlar” a Lara tras ese reclamo público. “No puede estar conflictuando en cada decisión. Puede ser que se entiendan, pero va a depender del entorno de cada uno”. Según su análisis, los grupos parlamentarios apoyan al presidente, pese a que Lara será el presidente de la Asamblea Legislativa. En cambio, apunta que el excapitán tiene el respaldo de grupos activos socialmente. “Va a haber un conflicto de legitimidad”, adelantó.
Esas pugnas internas se desarrollan mientras Paz ultima los detalles de su gabinete ministerial.
El economista Ayo espera que en esa lista estén los asesores económicos José Gabriel Espinoza y José Luis Lupo, dos figuras técnicas de prestigio que acompañaron a Paz en su reciente viaje a Estados Unidos. “La primera señal que debe dar es la de tener a los mejores profesionales capacitados de la campaña. Para el resto de cargos, el presidente va a elegir entre un grupo de sus colaboradores que le permitan llevar a cabo sus reformas”, comentó.
En EE.UU., Paz dejó claro el giro que aplicará a la política exterior de Bolivia. Allí se reunió con el secretario de Estado, Marco Rubio, y con directivos de organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo. Uno de los principales resultados fue el acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) por US$ 3.100 millones de dólares para el desarrollo económico sostenible.
“Destaco la predisposición de abrirse a su discurso inicial, de primero ordenar la casa sin tocar puertas del FMI. No quedaba otra que empezar a buscar estos créditos externos”, dijo Ayo. Además, consideró positivo que Bolivia se despegue del eje impulsado por Venezuela y Cuba, ya que menos del 1 % de las exportaciones del país iban a países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Ayo dijo que los mercados recibieron con optimismo esas señales y que el sector privado espera de Paz una apertura que le permita mayor participación en diferentes sectores de la economía.
Para Gamboa, Paz viene mostrando un enfoque “totalmente pragmático” en su visión internacional. “Se está acercando a EE.UU., va a ser el principal socio para la estabilidad política y de los precios, con una visión de mediano plazo de cooperación al desarrollo”, dijo, pero aclaró que es no implica cortar los lazos con Beijing. “No descartó la posibilidad de abrirse a una nueva dinámica con China, que imagino que va a girar alrededor de la explotación del litio y la participación en la economía minera. Los chinos van a mantener su espacio de poder económico”, comentó.
Gamboa considera que Paz sí logrará solucionar la crisis del combustible e inyectar millones de dólares en la economía, pero la clave para poder disfrutar de una “luna de miel” está en cuán rápido lo logrará. “Si sucede pronto, le va a permitir una luna de miel no solo coyuntural. El otro escenario es que tarde mucho y dé lugar a más conflictos”.
Para Peralta, si en los primeros 100 días logra aciertos en lo económico, Paz conseguirá legitimidad, pero va más allá: “Para el mediano plazo, todavía tiene que construir gobernabilidad”.
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