Trump, amigo de Milei mientras le convenga: los amores y odios del presidente de EE.UU. con América Latina
Análisis por Juan Carlos López, CNN en Español
Debió ser una experiencia surrealista. Estás frente a tu ídolo, aquel que entiende tu proyecto, te respalda y tiene las herramientas para que tu apuesta se concrete, para demostrarles a los incrédulos que tu política económica es la acertada, aunque tu respaldo sea cada vez menor. Naciste en Buenos Aires, es decir, eres porteño; ahora la crisis apremia. Sin duda, las palabras de tu ídolo sorprenden, las dice frente a las cámaras y decenas de periodistas. Debes ser estoico.
“No es un país tan grande, nos beneficiaremos, pero no es tan grande. Pero es un país muy importante que puede ser exitoso, hay países que nunca lo serán. Este es un país con gran potencial, si cuenta con el liderazgo apropiado y tienen ese liderazgo en este hombre”. Aunque esa ayuda es condicional: “Si el presidente pierde las elecciones —¿sabrá Trump que no son presidenciales?— no seremos tan generosos con Argentina, no vamos a perder nuestro tiempo”.
No termina ahí. Esta vez no estaba frente a ti, sino en una pantalla de televisión: “Argentina lucha por su vida, señorita, usted no sabe nada al respecto, luchan por su vida, nada beneficia a la Argentina, luchan por su vida. ¿Entiende lo que eso significa? No tienen dinero, no tienen nada, luchan por sobrevivir. Si les puedo ayudar a sobrevivir en un mundo libre, resulta que a mí me gusta el presidente de Argentina, creo que hace lo mejor que puede. Pero no lo haga sonar como que les va muy bien, se están muriendo, ¿entiende, entiende?”. De pronto piensas: por favor, no me ayudes tanto… ¿será? Solo Javier Milei lo sabe.
Es el estilo de Donald Trump y su versión 2025 de la vetusta doctrina Monroe, que, como los zombis, se niega a morir. Apareció en 1823, hace 202 años. El entonces presidente, James Monroe, la incluyó en su mensaje anual al Congreso para advertirle a Europa que no interfiriera en el hemisferio occidental: solo Estados Unidos podía hacerlo. En 1865 Washington apoyó al entonces presidente de México Benito Juárez en su revuelta contra el emperador francés Maximiliano. En 1904 el presidente Teodoro Roosevelt la invocó de nuevo contra Europa, que amenazaba con usar la fuerza para cobrar deudas en la región, pero la ignoró cuando ordenó entrar a República Dominicana, en 1904; Nicaragua, en 1911, y Haití en 1915, creo que se van haciendo a la idea… “América para los americanos”, pero para los de Estados Unidos de América, no necesariamente para todo el hemisferio.
Donald Trump le dio sangre nueva. En este segundo mandato comenzó por Groenlandia, la isla más grande del mundo, que queda en América del Norte y es territorio autónomo de Dinamarca. Sus recursos naturales y ubicación estratégica seducen al mandatario, quien amenazó con usar la fuerza de ser necesario. También quiere que Canadá sea el estado 51 de la unión, algo que no tuvo mucha acogida en el vecino del norte: el turismo hacia Estados Unidos se redujo en por lo menos un 30 % y hubo varias reacciones de los canadienses contra el consumo de productos estadounidenses.
Otro líder excéntrico, como Milei, pero en el extremo ideológico opuesto, es Gustavo Petro, presidente de Colombia, quien desde enero provoca a Trump. Desde devolver aviones con migrantes, para luego tener que recogerlos con sus propios recursos, hasta atreverse a pedirle a los militares estadounidenses desobedecer órdenes ilegales de su comandante en jefe en las calles de Nueva York, para sorprenderse luego de que le revocaran la visa. En el más reciente agarrón, Trump amenazó con imponer aranceles y suspender la ayuda que el Congreso aprobó para Colombia, su más cercano aliado en la lucha contra las drogas, es decir, el mayor productor de cocaína del mundo y el mayor consumidor no colaborarían para enfrentar un flagelo que los aflige a ambos. Petro convocó a protestas para algo que calificó como un “acto de defensa frente a un monstruo como Trump”.
Nicolás Maduro, mandatario de Venezuela, y a quien Petro aseguró no haber reconocido como presidente tras las más recientes elecciones, tiene una estrategia distinta. Claro, tiene por lo menos 8 embarcaciones de la marina de guerra estadounidense rondando sus costas, sobrevuelos y ejercicios militares y una recompensa de US$ 50 millones por su cabeza. Además de que Trump autorizó operativos encubiertos de la CIA en Venezuela, que dejaron de serlo con el anuncio.
Pero, aun así, Maduro apeló al negociador que cree que hay en Trump. Por eso, en su inglés improvisado le dijo en un acto público el 17 de octubre: “Not War, yes peace” gramaticalmente incorrecto, para decir no a la guerra, sí a la paz y se lo expresó “de parte the people bolivarian republic”.
Trump reconoció que Maduro le había ofrecido “todo” para evitar un conflicto, a lo que respondió con su conocida elegancia “claro, no quiere joder con Estados Unidos”. Todo no fue suficiente para Trump.
Un intercambio de cartas de la senadora demócrata por Massachusetts Elizabeth Warren con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, dejó en evidencia la poca transparencia que hay detrás de la oferta de la compra del equivalente de US$ 20.000 millones en pesos argentinos para fortalecer esa moneda y ayudarle a Javier Milei en los comicios legislativos del 26 de octubre, seguido por una promesa de US$ 20.000 millones adicionales del sector privado.
La misiva de Warren del 21 de octubre reveló que el Departamento del Tesoro había “gastado un estimado de entre US$ 400 a 600 millones en las últimas semanas” entre 2 y 3% de los 20.000 millones, y que, a pesar de eso, la moneda había seguido cayendo a niveles históricos” y pidió explicaciones.
En una respuesta anterior, Bessent no dio mayores explicaciones, más que responsabilizar a los demócratas del cierre de Gobierno y decirle a la senadora que “por su visión peronista sobre el gobierno y la libertad, este tipo de acción produce gran ansiedad”. Prometió educarla sobre temas financieros una vez reabra el Gobierno, pero no dio detalles sobre el plan de ayuda a Argentina.
La duda que queda es: si tan cerca de las elecciones legislativas en Argentina Estados Unidos solo ha ejecutado entre el 2 % y 3% del swap prometido, ¿lo seguirá haciendo si los resultados no acompañan a Javier Milei el domingo? Donald Trump fue muy claro, si no le va bien, no seguirá siendo tan generoso. Javier Milei debe estar inquieto.
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