Grupo de preservación histórica pide pausar demolición del Ala Este de Casa Blanca mientras Trump edifica su salón de baile
Por Kevin Liptak, CNN
Uno de los principales grupos de preservación histórica de EE.UU. instó este martes a la administración Trump a pausar la demolición del Ala Este de la Casa Blanca, que desde inicios de esta semana llevan a cabo las excavadoras para dar paso al salón de baile planeado por el presidente Donald Trump.
El National Trust for Historic Preservation, una organización sin fines de lucro creada por el Congreso y encargada de preservar edificios históricos, escribió en una carta al Servicio de Parques Nacionales y a dos comisiones de la administración que la ampliación de 8.360 metros cuadrados propuesta por Trump “abrumaría a la propia Casa Blanca (tiene 5.100 metros cuadrados) y también podría alterar permanentemente el diseño clásico cuidadosamente equilibrado de la Casa Blanca”.
La alarma entre los conservacionistas por la demolición que ahora está en marcha reflejó el shock que muchos sintieron esta semana cuando surgieron imágenes de la fachada del Ala Este aplastada en una pila de escombros.
El trabajo continuó el martes mientras las excavadoras avanzaban hacia el interior del edificio, y los sonidos de golpes rítmicos y estruendos ocasionales se escuchaban por todo el campus de poco más de siete hectáreas de la Casa Blanca.
“¿Oyen ese sonido? Es música para mis oídos; me encanta”, dijo Trump a un grupo de senadores republicanos que almorzaban en el Jardín de las Rosas. El mandatario ha dicho que el proyecto de US$ 200 millones se financiará con donaciones privadas.
La estructura que se demolerá incluye las oficinas que tradicionalmente ocupaba la primera dama, así como espacio para los calígrafos de la Casa Blanca, algunos asistentes militares y el secretario social.
El personal de estos departamentos ha sido reubicado en otras áreas del complejo.
El vestíbulo revestido de madera del Ala Este ha sido durante mucho tiempo la principal puerta de entrada para los visitantes que asisten a eventos sociales en la Casa Blanca, así como para quienes realizan visitas guiadas al edificio. Esta sección adquirió su forma actual en 1942.
Aunque Trump anunció hace meses sus planes de reemplazar el Ala Este con el nuevo salón de baile —una adición necesaria, dice, para dar cabida a grandes eventos— la demolición parece haber procedido sin un extenso proceso de revisión pública.
En la carta del martes, el National Trust for Historic Preservation instó “respetuosamente” a la administración a “pausar la demolición hasta que los planes para el salón de baile propuesto pasen por los procesos de revisión pública legalmente requeridos, incluida la consulta y revisión por parte de la Comisión Nacional de Planificación de la Capital y la Comisión de Bellas Artes, e invitar al público a hacer comentarios”.
“Estos procesos brindan una oportunidad crucial para la transparencia y la participación amplia, valores que han guiado la preservación de la Casa Blanca bajo cada administración desde el concurso público de 1792 que produjo el diseño original del edificio”, se lee en la carta.
Las dos comisiones a las que se dirigió la carta —la Comisión Nacional de Planificación de la Capital y la Comisión de Bellas Artes— han revisado en el pasado propuestas de ampliación a la Casa Blanca. Esto incluye cambios en la valla perimetral y la construcción de un nuevo pabellón de tenis en la última década.
El actual presidente de la Comisión Nacional de Planificación de la Capital, Will Scharf, quien se desempeña como secretario del personal de Trump, dijo durante una reunión de la comisión el mes pasado que su jurisdicción cubre la construcción, pero no la demolición, sugiriendo que el organismo eventualmente estaría involucrado en el proyecto, pero no hasta después de que se demoliera el Ala Este.
“Sé que el presidente tiene en muy alta estima a esta comisión y estoy entusiasmado de que podamos desempeñar un papel en el proyecto del salón de baile cuando llegue el momento adecuado”, dijo Scharf.
El Fondo Nacional para la Preservación Histórica no es el único grupo que exige una revisión más rigurosa del proyecto del salón de baile.
La semana pasada, antes de que comenzara la demolición, la Sociedad de Historiadores de la Arquitectura escribió en un comunicado: “Un cambio tan significativo en un edificio histórico de esta importancia debería seguir un proceso de diseño y revisión riguroso y deliberado”.
La Casa Blanca no respondió a una solicitud de comentarios sobre la carta del National Trust for Historic Preservation.
Sin embargo, el martes por la mañana, funcionarios distribuyeron una larga lista de proyectos de construcción anteriores en la mansión ejecutiva, lo que sugiere que el salón de baile se inscribe en una tendencia de mejoras en el edificio.
“En el último ejemplo de indignación fabricada, los izquierdistas desquiciados y sus aliados de las noticias falsas se tiran del cabello por la visionaria adición del presidente Donald J. Trump de un gran salón de baile financiado con fondos privados a la Casa Blanca, una adición audaz y necesaria que se hace eco de la legendaria historia de mejoras y renovaciones de los comandantes en jefe para mantener la residencia ejecutiva como un faro de la excelencia estadounidense”, se lee en el comunicado.
Las imágenes incluyeron la construcción de las alas este y oeste, una renovación integral de varios años realizada durante la administración de Harry Truman y la instalación de una piscina supervisada por Gerald Ford.
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