La Argentina Sub-20 de Placente, a las puertas de la gloria: así se formó un equipo versátil y de jerarquía
Por Hugo Manu Correa, CNN en Español
Abundancia en materia prima. Maestría en la administración de recursos. Ojo clínico en la lectura de cada encuentro. Esa secuencia es la que describe a Diego Placente, técnico y padre de la criatura llamada Selección Argentina Sub 20, que ha depositado a la albiceleste por primera vez en un final de un Mundial de esta categoría luego de 18 años.
Para la expedición en suelo chileno, Diego Placente, no puedo contar con jugadores de enormes quilates: Franco Mastantuono (Real Madrid), Claudio Echeverri (Bayer Leverkusen), Valentin Carboni (Inter), Aaron Anselmino (Borussia Dortmund). No obstante, estructuró un equipo altamente competitivo. Rocoso en defensa, de admirables transiciones en la zona de gestación y lapidario en la ejecución.
Calidad, solidez y versatilidad. Esa matriz es la que describe a este notable plantel que tiene Argentina, con el cual ha ganado sus seis partidos en el Mundial Sub-20 de Chile, marcando 15 goles y solo recibiendo 2. Hay una idea de equipo por encima de los nombres, y eso se ha materializado en plasticidad de juego que no pierde su rumbo pese a coyunturas adversas, o complejidades que plantea el rival, y lo más importante: no se empalaga por las mieles de sus victorias.
Ante Colombia, en el trascendental duelo por las semifinales, es la prueba más cabal de esta granítica selección argentina. Para enfrentar al bravo equipo cafetero —poderoso en lo físico, con notables transiciones y con gran calidad de recursos—, Argentina llegó con dos bajas de relevancia que venían haciendo una gran competencia: Valente Pierani, el central de Estudiantes, que es pieza clave en la defensa pero que tuvo un esguince de rodilla y por la cual no llegaría a la final ante Marruecos; el otro fue Maher Carrizo, delantero de Vélez Sarsfield, que está brillando en el Mundial con goles, asistencias y desparpajo en el frente de ataque. Previo a este importante duelo, Argentina había perdido a una de sus grandes figuras, Álvaro Montoro, el talentoso volante de Botafogo —ex Vélez Sarsfield—, que se fracturó la clavícula en el partido ante Nigeria por cuartos de final.
“Con la calidad de jugadores que tenemos, sabemos jugar todo tipo de partidos. El equipo demuestra tener jugadores con mucha madurez, con muchos minutos en primera, y eso ayuda a que nos podamos adaptar”, analizó el portero cordobés Santino Barbi, que ya es una de las figuras de la competencia.
Placente ya había padecido las rápidas transiciones de Colombia en el Sudamericano de Venezuela disputado en febrero. Mutó de una defensa clásica por una línea de 5. Le achicó los espacios de maniobra a sus volantes más peligrosos, como Óscar Perea y Joel Canchimbo. Si bien Colombia presionó y manejó mayormente el primer tiempo, le costó jugar con comodidad, e imponer fácilmente condiciones.
Allí apareció la sabiduría de Placente para recalcular el juego y darle un salto de calidad. En el segundo tiempo regresó a una línea de cuatro defensores. Adelanto a Tomás Pérez como doble volante central y eyectó del equipo a Valentino Acuña y a Ian Subiabre. Permitió el ingreso de Tobías Andrada y a Mateo Silvetti. El equipo tuvo un rostro más lozano, fue más agresivo, controlando mayormente el juego y le ganó inobjetablemente a Colombia.
Sin grandes músicos no hay orquesta. Argentina siembra jugadores por todo su suelo y los cosecha a raudales. Pese a importantes ausencias, Placente tuvo una sabía lectura para conformar un plantel de mucha riqueza. Convocó a jugadores versátiles, dándole forma a un plantel solidario, comprometido y perfectamente ensamblado. Y tiene un matiz que es admirable: la manera en cómo gestiona los contratiempos, problemas que transforma en desafíos, y cómo optimiza toda situación que se le presenta.
“Este equipo está preparado para grandes cosas. Este equipo se adapta a cualquier tipo de juego. Si tenemos que sufrir, sufrimos. Si tenemos que jugar, jugamos, si tenemos que meter, metemos. Este equipo está preparado para todo”, reflexionó Gianluca Prestiani, una de las estrellas del combinado albiceleste.
Santino Barbi en el arco llegó sin mucho renombre y ha sido pieza clave del equipo. Tuvo un error importante ante Australia en la fase de grupos (le erró al balón al intentar un despeje), que permitió el gol de los asiáticos. Se repuso y fue figura ante México, aunque principalmente fue clave y determinante ante Colombia con apariciones bestiales.
Los laterales Dylan Gorosito y Julio Soler son dueños de una pasmosa calidad técnica que encandila. Marcan con fiereza, se proyectan desde ambos laterales con peligrosidad, tienen pegada admirable y una notable lectura de juego.
Tomás Ramirez tiene una fiereza defensiva que contagia. Valente Pierani es insustituible por mando y calidad pero una lesión lo marginó para la parte final del torneo. Tomás Pérez es polifuncional. Se desenvuelve tanto en defensa como en el mediocampo y es admirable su adaptación a lo que pide el partido. Milton Delgado es el silencioso, el indispensable y el termómetro del equipo. Achica espacios, es una usina de juego que también presiona, roba y asiste como lo concreto en el gol de Silvetti ante México.
Giancula Prestiani, es el revulsivo, endemoniado en el uno contra uno y asistidor temible. Tiene poder de gol, gran pegada y una rebeldía colosal.
Mateo Silvetti, tiene instinto depredador en el área. Es un tigre al acecho en el frente de ataque —con el vigor de un Gabriel Batistuta—, que le ha dado un salto de calidad al equipo. Sus estocadas en los metros finales han sido un bálsamo para el equipo argentino, para abrir juegos o definir los pleitos.
Ian Subiabre y Alejo Sarco son dos delanteros de tremenda jerarquía, que aportan calidad. Son, al igual que los jugadores que llegan desde el banco, indispensables para un engranaje que funciona al dedillo.
“La clave es tener un plantel muy bueno. A veces cuando uno hace la elección de la lista de los que vienen al Mundial, piensa en la versatilidad”, es el mantra que pronunció Diego Placente, el cual sintetiza desde dónde plantó bandera en su idea de trabajo.
Tras la debacle de Argentina en el Mundial de Rusia 2018, la AFA pateó el tablero. Puso a Lionel Scaloni al mando de la selección mayor, Diego Placente tomó el timón del equipo Sub-15 y Sub-17. Tras la partida de Javier Mascherano en 2024 al Inter Miami, Diego Placente tomó las riendas de la Selección Sub-20.
Dirigiendo al Sub-17 y la Sub-20, condujo a ambas selecciones por un total de 44 partidos, previo a la gran final ante Marruecos. Conquistó cerca del 70% de los puntos, perdiendo solo 10 partidos.
Su carrera como DT comenzó en 2014 en Argentinos Juniors, siendo parte del cuerpo técnico de Claudio Borghi. En 2017 se incorporó a la AFA estando al mando de la categoría Sub-15. Ese mismo año conquistó el primer sudamericano de la categoría al ganarle la final a Brasil por 3 a 2. En el Mundial Sub-17 de Indonesia 2023 obtuvo el cuarto puesto. En el Sudamericano Sub-20 de Venezuela de este año terminó segundo detrás de Brasil.
“Él es paz. Habla lo justo y cuando lo hace, hay que escucharlo. Desde lo humano, y lo que sabe, es excelente”, reflexiono Álvaro Montoro sobre Placente, que con serenidad le puso fuego a su formidable equipo. Combinado que habla el lenguaje del fútbol en el verde césped y lo plasma —justamente— de modo excelente. Necesitará continuar en esa senda y hacer un esfuerzo extra para ganarle a Marruecos, el partido más importante que tiene esta selección juvenil en casi dos décadas.
Argentina atraviesa un momento dorado en su rica historia futbolística, pero no se sienta en el sillón del confort, quiere seguir haciendo camino al andar.
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