¿Quiénes son los drusos y por qué Israel bombardea Siria para protegerlos?
Mostafa Salem, Mohammed Tawfeeq, Hira Humayun, CNN
El ejército de Siria invadió un bastión de la comunidad drusa en el sur del país el martes, informó el gobierno, lo que reavivó el temor a ataques contra minorías y desencadenó nuevos ataques israelíes contra las fuerzas enviadas por Damasco.
Durante el fin de semana estallaron enfrentamientos entre fuerzas drusas y tribus beduinas en la ciudad sureña de Suwayda, que dejaron 30 muertos y decenas de heridos. La violencia causó la intervención del gobierno sirio, que perdió dieciocho soldados en los enfrentamientos.
Fuerzas islamistas aliadas del Gobierno sirio se unieron a la lucha esta semana, lo que aumentó la preocupación entre los drusos e incitó a una figura clave de la comunidad a solicitar protección internacional.
Israel, que se ha comprometido a proteger a los drusos en Siria, lanzó nuevos ataques contra las fuerzas del gobierno sirio que avanzaban hacia Suwayda y se comprometió a continuar con los ataques para proteger al grupo.
A continuación, le presentamos lo que debe saber sobre los drusos y el objetivo declarado de Israel de protegerlos.
Los drusos son una secta árabe de aproximadamente un millón de personas que viven principalmente en Siria, Líbano e Israel. En el sur de Siria, donde los drusos constituyen la mayoría en la provincia de Suwayda, la comunidad se vio en ocasiones atrapada entre las fuerzas del antiguo régimen de Assad y grupos extremistas durante los diez años de guerra civil siria.
Originario de Egipto en el siglo XI, el grupo practica una rama del islam que no permite conversos, ni a la religión ni a quienes la abandonan, ni matrimonios mixtos.
En Siria, la comunidad drusa se concentra en tres provincias principales, cerca de los altos del Golán, ocupados por Israel, en el sur del país.
Más de 20.000 drusos viven en los altos del Golán, una meseta estratégica que Israel arrebató a Siria durante la Guerra de los Seis Días en 1967, antes de anexarla formalmente en 1981.
Los drusos de los altos del Golán comparten el territorio con unos 25.000 colonos judíos, repartidos en más de 30 asentamientos.
La mayoría de los drusos que viven en el Golán se identifican como sirios y rechazaron la oferta de ciudadanía israelí cuando Israel se apoderó de la región. Quienes se negaron recibieron tarjetas de residencia israelíes, pero no se les considera ciudadanos israelíes.
Tras derrocar al dictador Bashar al-Assad, el nuevo presidente de Siria, Ahmed al-Sharaa, prometió inclusión y se comprometió a proteger a todas las diversas comunidades sirias, pero las fuerzas extremistas suníes leales a él han continuado enfrentándose violentamente a las minorías religiosas.
En marzo, cientos de personas murieron durante la represión contra la secta alauita, a la que pertenecía Assad, en la ciudad occidental de Latakia. En abril, los enfrentamientos entre las fuerzas armadas progubernamentales y las milicias drusas dejaron al menos 100 muertos.
Un tema clave que tensa las relaciones entre el nuevo gobierno sirio y los drusos es el desarme de las milicias drusas y la integración. Al-Sharaa, que busca consolidar las facciones armadas bajo un ejército unificado, no ha logrado acuerdos con los drusos, quienes insisten firmemente en conservar sus armas y sus milicias independientes.
Los drusos, algunos de los cuales se opusieron al régimen autoritario de Bashar al-Assad, se mantienen cautelosos con Al-Sharaa, un líder islamista con un historial yihadista. Han expresado su preocupación por la exclusión de algunos de sus líderes de los procesos de diálogo nacional de Al-Sharaa y la limitada representación en el nuevo gobierno, que solo incluye a un ministro druso.
Horas después de que las tropas entraran en la ciudad el martes, el ministro de Defensa sirio, Murhaf Abu Qusra, declaró un cese del fuego tras un acuerdo con líderes comunitarios no identificados, y afirmó que la policía militar se estaba desplegando para regular la conducta militar y exigir responsabilidades a los infractores.
La oficina del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dijo que su país está comprometido a prevenir daños a los drusos en Siria debido a la profunda alianza fraternal con nuestros ciudadanos drusos en Israel y sus vínculos familiares e históricos con los drusos en Siria.
Unos 130.000 drusos israelíes viven en el Carmelo y Galilea, en el norte de Israel.
A diferencia de otras comunidades minoritarias dentro de las fronteras de Israel, los hombres drusos mayores de 18 años han sido reclutados por el ejército israelí desde 1957 y a menudo ascienden a puestos de alto rango, mientras que muchos desarrollan carreras en la policía y las fuerzas de seguridad.
El Gobierno de Israel también declaró unilateralmente una zona de desmilitarización en Siria que “prohíbe la introducción de fuerzas y armas en el sur de Siria”, según la oficina del primer ministro israelí.
El gobierno sirio ha rechazado la declaración israelí de una zona desmilitarizada y, junto con la comunidad internacional, ha instado repetidamente a Israel a cesar las acciones militares que violan su soberanía.
Israel, receloso de los grupos extremistas a lo largo de sus fronteras, ha adoptado una postura de confrontación hacia Al-Sharaa, a pesar de los esfuerzos del gobierno de Trump por fomentar la reconciliación sirio-israelí y los intentos de expandir la normalización en Medio Oriente.
El martes por la mañana, el líder espiritual druso Hikmat Al-Hijri pidió protección internacional de “todos los países” para “hacer frente a la campaña bárbara” del gobierno y las fuerzas aliadas “utilizando todos los medios posibles”.
“Nos enfrentamos a una guerra de exterminio total”, afirmó Al-Hijri en un comunicado en video.
Sin embargo, un comunicado emitido por otros líderes drusos acogió con satisfacción la intervención del gobierno sirio en Suwayda e instó al Estado a afirmar su autoridad. También pidió a los grupos armados de la ciudad que entreguen armas a las fuerzas gubernamentales y que se inicie un diálogo con Damasco.
Desde la caída del régimen de Asad en diciembre de 2024, Israel ha ocupado más territorio en Siria y ha lanzado repetidos ataques contra el país, con el objetivo declarado de impedir la reconstrucción de su capacidad militar y erradicar la militancia que podría amenazar su seguridad.
Los ataques israelíes han continuado a pesar de que su aliado más cercano, Estados Unidos, presiona para que Israel normalice las relaciones con Siria ahora que está bajo el control de un nuevo gobierno.
Estados Unidos ha intentado orientar a los países de la región hacia un camino diferente y prevé que Siria firme los Acuerdos de Abraham, una serie de acuerdos que normalizan las relaciones entre Israel y varios países árabes. Un alto funcionario de la administración dijo a CNN el mes pasado que “a Siria le conviene estar del lado de Israel”.
Israel ha mostrado su disposición a ampliar esos acuerdos. Tras su mortífero ataque contra Irán, Netanyahu afirmó que la “victoria” israelí allanó el camino para la “dramática expansión de los acuerdos de paz”, y añadió que Israel está “trabajando enérgicamente en ello”.
El ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, incluso ha explicado qué países Israel considera para la normalización.
“Israel está interesado en ampliar el círculo de paz y normalización de los Acuerdos de Abraham”, dijo a finales del mes pasado en una conferencia de prensa conjunta con su homólogo austriaco. “Nos interesa sumar a países como Siria y Líbano, nuestros vecinos, al círculo de paz y normalización, al tiempo que salvaguardamos los intereses esenciales y de seguridad de Israel”.
Israel ha mantenido conversaciones directas e indirectas con el nuevo gobierno sirio, lo que indica un cambio en la dinámica entre los antiguos enemigos desde la caída del régimen de Asad.
Pero los repetidos ataques de Israel contra territorio sirio y su mayor presencia militar en el país podrían complicar esas ambiciones.
En mayo, al-Sharaa afirmó que las conversaciones indirectas con Israel tenían como objetivo poner fin a los ataques. Sin embargo, eso no ha sucedido.
Netanyahu se ha referido anteriormente al nuevo gobierno de Damasco como un “régimen islámico extremista” y una amenaza para el Estado de Israel. En mayo, un funcionario israelí dijo a CNN que el primer ministro había pedido a Trump que no levantara las sanciones contra Siria, alegando su temor a que esto causara una repetición de los sucesos del 7 de octubre de 2023, cuando militantes liderados por Hamas atacaron a Israel.
Los ataques israelíes contra Siria también complican los esfuerzos de Al Sharaa por consolidar su autoridad en el país y promover un posible acuerdo de normalización como una victoria para la soberanía de Siria y su pueblo.
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