Funcionarios de Energía intentarán persuadir a Trump de no realizar pruebas nucleares que incluyan detonaciones
Por Ella Nilsen, René Marsh y Alayna Treene, CNN
Funcionarios de alto rango de las áreas de energía y energía nuclear de la administración Trump tienen previsto reunirse con la Casa Blanca y el Consejo de Seguridad Nacional en los próximos días para disuadir al presidente Donald Trump de reanudar las pruebas con armas nucleares del país, según informaron fuentes a CNN.
El secretario de Energía, Chris Wright, el director de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, Brandon M. Williams, y funcionarios de los Laboratorios Nacionales de EE.UU. tienen previsto informar a la Casa Blanca que no consideran viable la detonación de armas para realizar pruebas con ojivas nucleares, tal y como sugirió Trump el mes pasado, según dos fuentes familiarizadas con el asunto. Estas fuentes han pedido mantener el anonimato para poder hablar de un tema tan delicado.
Esta es la repercusión más reciente de la publicación de Trump en las redes sociales en octubre en la que ordenaba al Departamento de Defensa que comenzara a realizar pruebas con armas nucleares “debido a los programas de pruebas de otros países”.
Pero es la NNSA, que depende del Departamento de Energía, la agencia federal responsable de fabricar y probar bombas y mantener el arsenal nuclear, no el Departamento de Defensa.
Un funcionario de la Casa Blanca reiteró el jueves que “debido a los programas de pruebas de otros países, el presidente Trump ha ordenado al Departamento de Guerra y al Departamento de Energía que prueben nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones”.
“No se ha descartado ninguna opción, ya que toda la autoridad para tomar decisiones recae en el presidente”, añadió el funcionario de la Casa Blanca.
CNN se ha puesto en contacto con el Departamento de Energía, pero hasta ahora no ha obtenido respuesta.
Hoy en día, Estados Unidos prueba todos los componentes de sus sistemas de armas nucleares, excepto el material nuclear explosivo de las ojivas. La última prueba nuclear a gran escala se realizó en Estados Unidos en 1992, y esta práctica fue prohibida por el expresidente Bill Clinton en 1996.
La reciente sugerencia de Trump de que Estados Unidos podría reanudar las pruebas nucleares se produce después de que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, se jactara en octubre de que Moscú había probado con éxito un torpedo nuclear Poseidón.
“La razón por la que digo ‘pruebas’ es porque Rusia anunció que iba a realizar una”, declaró Trump recientemente en el programa “60 Minutes”. “Si se fijan, Corea del Norte realiza pruebas constantemente. Otros países también las realizan”, añadió, “No quiero ser el único país que no las realiza”.
En la próxima reunión en la Casa Blanca, funcionarios de la NNSA y del Departamento de Energía estarán preparados para informar a la administración que “no se realizarán pruebas” con materiales nucleares explosivos y tratarán de orientar a la Casa Blanca hacia un plan viable que no implique explosiones, según una fuente.
La fuente indicó que los funcionarios esperaban que esto le diera al presidente la oportunidad de respaldar el enfoque de la NNSA.
Sin embargo, Trump tiene la autoridad para ordenar las pruebas de todos modos si no está de acuerdo con los expertos nucleares.
Un portavoz de la NNSA se negó a hacer comentarios. “La NNSA no comenta sobre reuniones privadas, en curso o potenciales, con la Casa Blanca, especialmente en lo que respecta a asuntos de seguridad nuclear”, declaró Mariza Smajlaj, portavoz de la NNSA, a CNN en un comunicado.
Apenas unos minutos antes de su reunión con el presidente de China, Xi Jinping, en Corea el mes pasado, Trump publicó en Truth Social que había ordenado al Departamento de Guerra que “comenzara a probar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones”.
Dentro de la NNSA, la sugerencia inicial de Trump en octubre causó confusión, según las fuentes.
“Nadie se lo esperaba”, dijo una de ellas.
Wright, secretario de Energía de Trump, declaró a Fox News a principios de este mes que las pruebas nucleares estadounidenses son “pruebas de sistemas” y “no explosiones nucleares”.
Un alto funcionario de la Casa Blanca, al ser presionado esta semana sobre el significado exacto de los comentarios originales del presidente, declaró a CNN que Trump estaba siendo “deliberadamente vago” en sus llamados a reanudar las pruebas nucleares.
El funcionario argumentó que el presidente se obsesionó con la idea durante su viaje a Asia, y declaró a CNN que algunos líderes extranjeros le plantearon el tema directamente a Trump mientras estaba en el extranjero.
Otro funcionario de la administración argumentó que interpretaron los comentarios del presidente como un deseo de realizar más pruebas con misiles con capacidad nuclear, en lugar de detonar bombas nucleares.
Hasta el momento, los comentarios de Trump no han modificado la política de la agencia: no hay planes para detonar armas nucleares con fines de prueba. Una fuente informó a CNN que nadie en la administración ha explicado a los funcionarios de la agencia el significado exacto de sus comentarios.
Según las fuentes, funcionarios de la NNSA prepararon recientemente un memorándum para Wright y Williams donde se detallan todas las acciones que realiza la agencia para garantizar la precisión de sus armas, incluyendo simulaciones de bombas con supercomputadoras y vuelos de prueba de ojivas no explosivas.
Dicho memorándum también establece el cronograma que se seguiría si la administración ordenara a la NNSA retomar las pruebas nucleares, como sugirió Trump. Una fuente indicó que se requerirían al menos 36 meses de pruebas subterráneas para obtener datos científicamente útiles, pero que este plazo podría extenderse considerablemente si el gobierno federal fuera demandado por grupos ambientalistas u otros para retrasar o detener las pruebas.
“Si solo quisieran hacer temblar la tierra, probablemente podrían hacerlo antes, pero la prueba no tendría otro propósito que el de hacer una demostración política”, afirmó la fuente.
Si Estados Unidos retomara las pruebas nucleares, se realizarían en Nevada, en el único sitio subterráneo diseñado para detonar armas nucleares. Este espacio se ubica en terrenos federales en un vasto desierto, pero el gobierno estatal también tendría que aprobar las pruebas, otro tema espinoso.
“Existe una gran resistencia por parte de los estados a manejar los materiales nucleares como antes”, dijo la fuente.
También está el tema de la limpieza de los residuos nucleares acumulados durante décadas de pruebas en Nevada. Estas pruebas han tenido impactos devastadores en la salud de las comunidades cercanas, desde la exposición a la radiación hasta enfermedades como el cáncer.
No hay necesidad de realizar pruebas de armas, ya que Estados Unidos aún cuenta con una gran cantidad de “datos muy valiosos” de las pruebas nucleares de la Guerra Fría, afirmó una de las fuentes.
Existe la preocupación de que si Estados Unidos reanuda las pruebas, China podría usarlas como pretexto para realizar sus pruebas nucleares, algo que actualmente asegura no estar haciendo, lo que aumentaría la tensión geopolítica a nivel mundial.
Ni Beijing ni Moscú han probado una ojiva nuclear en muchas décadas, según los expertos.
En respuesta a las preguntas sobre si el Gobierno de Trump posee más información de inteligencia sobre las actividades nucleares de Rusia y China de la que se conoce públicamente, una persona que trabajó en la Casa Blanca durante el primer mandato de Trump, incluso en temas de seguridad nacional, declaró a CNN: “Sería difícil para cualquiera de los dos países detonar ojivas nucleares bajo tierra y mantenerlo en secreto. Eso no va a suceder”.
Kevin Liptak y Kylie Atwood, de CNN, contribuyeron a este informe.
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