Investigadores dicen que verificaron y secuenciaron el ADN de Hitler. La revelación es polémica
Por Katie Hunt, CNN
Investigadores han analizado una muestra de ADN que se cree perteneció a Adolf Hitler, la cual, según un nuevo documental, revela que el dictador de la Alemania nazi tenía un marcador genético para un trastorno raro que puede retrasar la pubertad.
La investigación, que tardó más de cuatro años en completarse, fue dirigida por la genetista Turi King, profesora de la Universidad de Bath (Reino Unido), conocida por identificar los restos del rey Ricardo III. King afirmó haber verificado que un fragmento de tela extraído de un sofá en el búnker donde Hitler se suicidó en 1945 estaba impregnado de la sangre del dictador, y comparó una muestra de ADN recuperada de dicha sangre con la de un familiar confirmado de Hitler.
Además de sugerir la posibilidad de que Hitler padeciera un trastorno congénito que altera las hormonas llamado síndrome de Kallmann, el documental explora los rumores sobre su ascendencia judía y analiza si tenía una predisposición genética a ciertos trastornos mentales. El documental, titulado “El ADN de Hitler: El plano de un dictador”, se estrena el sábado en Channel 4 del Reino Unido.
Sin embargo, los hallazgos presentados en el documental no han sido revisados por otros científicos del campo ni publicados en una revista científica, lo que dificulta que expertos ajenos al proyecto evalúen la validez de sus afirmaciones. King afirmó que el análisis se envió a una revista de gran prestigio y expresó su esperanza de que el trabajo sea publicado pronto.
El pequeño trozo de tela deshilachada comenzó su historia en 1945 en manos del coronel del ejército estadounidense Roswell P. Rosengren, oficial de comunicaciones del general Dwight D. Eisenhower. Según el documental, cuando las fuerzas soviéticas permitieron a Rosengren entrar en el búnker de Hitler, éste cortó un retazo de tela de un sofá manchado de sangre. El retazo permaneció en la familia Rosengren antes de ser subastado en 2014 y adquirido por el Museo de Historia de Gettysburg en Pensilvania.
“No sabíamos qué íbamos a encontrar”, dijo King. “Podría haber sido el genoma más aburrido del planeta, pero ha sido increíble”.
El hallazgo más sorprendente del análisis del equipo fue que Hitler tenía una mutación en un gen llamado PROK2. Las variantes de este gen son a causa del síndrome de Kallmann y del hipogonadismo hipogonadotrópico congénito, explicó King. En los niños, estas afecciones pueden retrasar la pubertad y causar criptorquidia (testículos no descendidos).
“Básicamente, se caracteriza por bajos niveles de testosterona. O no se llega a la pubertad o se experimenta una pubertad incompleta… El 5 % de los casos se asocia con micropene”, dijo King, refiriéndose a un pene pequeño pero con estructura normal.
En el momento de su muerte, Hitler fue visto al final del sofá con una pistola y sangre salpicada en el sofá y en la pared detrás de él, dijo Nicholas F. Bellantoni, arqueólogo estatal emérito del Museo Estatal de Historia Natural de Connecticut. En 2009, examinó partes del sofá, que ahora se encuentra en Rusia.
“Si se confirma que el material encontrado proviene del búnker y del sofá donde murieron Hitler y Eva Braun, entonces es muy probable que la sangre pertenezca a Hitler”, afirmó Bellantoni por correo electrónico.
Según Alex Kay, experto en la Alemania nazi y profesor titular de la Cátedra de Estudios de Guerra de la Universidad de Potsdam, los nuevos detalles presentados por King parecen coincidir con los registros históricos. Kay también participó en el documental.
Él señaló que un documento médico de la época en que Hitler estuvo en prisión tras el fallido golpe de Estado conocido como el Putsch de la Cervecería de Múnich en 1923 sugería que el dictador padecía criptorquidia derecha, una afección por la que un testículo no desciende al escroto.
“Para mí, personalmente, como historiador y tras más de 20 años investigando a los nazis, el descubrimiento del síndrome de Kallmann es un hallazgo trascendental”, declaró Kay. Añadió que esta información podría explicar la falta de relaciones personales de Hitler.
Kay y King afirmaron que los hallazgos también desmienten los persistentes rumores sobre la ascendencia judía de Hitler, especulaciones que surgieron a raíz de que su abuela quedara embarazada mientras trabajaba para una familia judía, según el documental.
Dado que los datos del cromosoma Y analizados en la investigación coincidían con el ADN de un pariente paterno de Hitler, King afirmó que es imposible que tuviera ascendencia judía. “De ser así, no habríamos obtenido la coincidencia de ADN”, explicó King. “Esta coincidencia no solo confirma que se trata del ADN de Hitler, sino que también confirma que la historia de la ascendencia judía a través de su padre es simplemente falsa”.
King dijo que inicialmente tuvo algunas reservas sobre su participación en el documental, pero decidió hacerlo porque consideró que su experiencia garantizaba el rigor científico del análisis. “Esto no es solo un documental, sino un artículo académico”, afirmó, añadiendo que no disponía de una fecha de publicación.
Los científicos ya han utilizado el ADN para estudiar a figuras históricas conocidas. El ADN de Beethoven, recuperado de un mechón de cabello, reveló que el compositor tenía problemas de salud. Los arqueólogos también utilizan ampliamente ADN antiguo procedente de restos humanos.
Sin embargo, sin información sobre la calidad del genoma, los datos brutos o cómo se realizaron los análisis, no es posible evaluar las afirmaciones del documental, según Pontus Skoglund, jefe del Laboratorio de Genómica Antigua del Instituto Francis Crick de Londres.
“Retrocediendo un paso hacia atrás, cabe cuestionar el valor científico de una campaña mediática como esta frente a la posible estigmatización de las personas con estas enfermedades reales en la actualidad”, declaró Skoglund.
Añadió que los investigadores podrían haber compartido los hallazgos con la comunidad científica en un servidor de preimpresión, hacer una revisión por pares y publicar en una revista científica consolidada.
Es plausible que se pueda extraer ADN histórico del trozo de tela, pero debe haber una justificación sólida para estudiar el ADN de figuras históricas y un conjunto definido de preguntas, afirmó Tom Booth, colega de Skoglund y bioarqueólogo del Instituto Francis Crick.
“Existen extensos registros históricos que documentan el comportamiento de Hitler en público y en privado”, declaró Booth por correo electrónico. “Probablemente sea una de las figuras más estudiadas de la historia, por lo que creo que es difícil argumentar que la evidencia de ADN aporte mucho en este sentido”, añadió.
“Incluso el diagnóstico del síndrome de Kallmann podría no ser tan sencillo como sugieren los titulares. Puede haber mucha variación en cómo se manifiesta físicamente, y si bien es una explicación plausible para su criptorquidia, no justifica la cantidad de noticias sobre micropenes que veo”, dijo.
Los investigadores también afirmaron haber calculado una puntuación de riesgo poligénico, que consiste en analizar el ADN de una persona para cuantificar el riesgo de padecer enfermedades. Sus hallazgos sugirieron que Hitler tenía una mayor predisposición genética a la esquizofrenia, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el autismo.
Sin embargo, la puntuación de riesgo poligénico es una herramienta que se utiliza actualmente con fines de investigación; no es un método de diagnóstico y no implica que Hitler necesariamente padeciera estas afecciones, explicó Ditte Demontis, profesora de genética psiquiátrica en la Universidad de Aarhus (Dinamarca), quien participó en la investigación y aparece en el documental.
“Actualmente, las puntuaciones de riesgo poligénico para afecciones psiquiátricas solo se utilizan en el ámbito de la investigación”, recalcó Demontis. “Podemos hacer afirmaciones a nivel grupal, pero no a nivel individual”. Demontis comparó la puntuación de riesgo poligénico de Hitler con la de 30.000 daneses y descubrió que, si Hitler viviera hoy, “su puntuación para esquizofrenia, autismo y trastorno bipolar sería superior a la del 99 % de la población danesa”. Añadió que también es raro tener una puntuación de riesgo poligénico alta para las tres afecciones.
“No es un diagnóstico, y quiero recalcar que la puntuación no implica en absoluto un comportamiento o acciones concretas”, afirmó Demontis.
King coincidió. “Nos importa muchísimo no estigmatizar a las personas con estas afecciones, porque, como saben… es increíblemente raro que las personas con estas afecciones lleguen a cometer actos violentos”, declaró.
“Además, Hitler no actuó solo; contó con la ayuda de cientos de miles de personas”, señaló King. “No todos iban a tener la misma composición genética que él. Su genética es solo una pequeña pieza del rompecabezas”.
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