Puede que Trump haya roto Wall Street
Análisis de Allison Morrow, CNN
En abril pasado, cuando el presidente Donald Trump empezó a coquetear con la idea de despedir al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, las acciones y el dólar cayeron porque los inversionistas temían que incluso hablar de una medida así cruzaba una línea roja. Ni siquiera se puede bromear con eso, nos dijeron los intelectuales de Wall Street: la independencia del banco central es simplemente demasiado importante.
El propio Powell dijo que la ley no lo permite, y un coro de analistas de Wall Street entonó cánticos sobre la santidad de la independencia de la Reserva Federal.
Corte a julio: Trump agita un borrador de la carta de despido de Powell frente a legisladores y Wall Street sigue sin inmutarse.
Las acciones se mantienen cerca de máximos históricos. El dólar y los mercados de bonos sufrieron un breve sobresalto, pero se recuperaron después de que Trump desminitiera estar preparando el despido de Powell.
Esto parece apuntar a dos posibilidades:
- Ahora todo responde a la lógica del “TACO trade” (por Trump Always Chickens Out, o “Trump siempre se echa para atrás”), y los mercados están convencidos de que Trump nunca cruzará la línea roja de interferir con la independencia de la Reserva Federal.
- La línea roja es más un dogma académico que una ley financiera.
El problema es que solo hay una forma de averiguarlo, y es cruzando esa línea roja a la que Trump se ha ido acercando cada vez más.
(En caso de que te lo hayas perdido): el martes por la noche, el presidente dijo a legisladores en una reunión que planeaba despedir a Jerome Powell, posiblemente el miércoles, debido a una costosa renovación en la sede de la Reserva Federal, según una fuente al tanto de los comentarios del presidente que habló con mis colegas de CNN.
Trump incluso señaló un documento que, según él, era la carta de despido de Powell, dijo a CNN una persona que estuvo presente en la reunión.
Luego, el miércoles, Trump declaró públicamente que despedir a Powell era “altamente improbable… a menos que tenga que irse por fraude”. (Casualmente, el director de la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca ha acusado a Powell de mentir al Congreso sobre la renovación, algo que, según Trump dijo el martes, considera motivo suficiente para destituirlo).
Dicho de forma simple: Estados Unidos nunca había estado tan cerca de ver qué ocurre cuando un presidente intenta destituir al presidente de la Reserva Federal. Todo Wall Street y el sector corporativo deberían estar alarmados.
Apenas el viernes pasado, George Saravelos, jefe global de estrategia de divisas de Deutsche Bank, escribió que es “una obviedad” que los inversionistas interpretarán la destitución de Powell como “una afrenta directa a la independencia de la Reserva Federal”, algo considerado vital para controlar la inflación.
“La evidencia empírica y académica sobre el impacto de la pérdida de independencia del banco central es bastante clara”, escribió Saravelos. “En casos extremos, tanto la moneda como el mercado de bonos pueden colapsar, ya que aumentan las expectativas de inflación, caen los rendimientos reales y se elevan las primas de riesgo debido a la erosión institucional”.
Por supuesto, nada de todo esto ha pasado antes. Y la evidencia empírica podría estar mostrando que los mercados, como todo lo demás, pueden acostumbrarse tanto al caos que las viejas reglas ya no aplican.
“Los mercados parecen haberse acostumbrado a un patrón, especialmente en materia de aranceles, en el que el Gobierno amenaza con medidas bastante radicales, pero retrocede cuando la reacción inicial del mercado es negativa”, dijo por correo electrónico Jonathan Doh, profesor de administración en la Escuela de Negocios de Villanova. “Con cada nueva ronda, las reacciones han sido cada vez más moderadas”.
Ese es el fenómeno del que tanto se habla: el “TACO trade”, la idea de que “Trump siempre se echa para atrás”, que ha resultado rentable este año. Si hay una venta relacionada con Trump, los inversionistas compran en la baja, esperan a que Trump cambie de opinión o suavice la política en cuestión, y luego aprovechan el repunte. (Cada vez más, sin embargo, los inversionistas se saltan incluso la parte del pánico y simplemente asumen que nada de lo que dice Trump es real hasta que alguna versión diluida se concreta).
Para ser claros: aunque los mercados bursátiles ignoraron en gran medida los reportes sobre el posible despido de Powell, la noticia sí generó movimientos en los mercados de divisas y bonos. El miércoles por la mañana, antes de que Trump lo negara, el oro —refugio clásico— y los rendimientos de los bonos a largo plazo subieron, mientras que el dólar cayó casi un 1 %.
Esas reacciones son más o menos las esperadas, dijo Steve Sosnick, estratega jefe de Interactive Brokers, aunque señaló que “en teoría, los vigilantes del mercado de bonos deberían haber reaccionado con más fuerza”. (Los “vigilantes del bono” son inversionistas que usan su poder de compra para mostrar su desaprobación hacia una política —fueron una razón importante por la cual Trump decidió pausar algunos aranceles durante 90 días en abril).
Pero la reacción moderada de las acciones, dijo, podría reflejar dinámicas preocupantes en Wall Street.
Primero, los operadores podrían estar indicando que les entusiasma más la posibilidad de tasas de interés más bajas —la principal exigencia de Trump a la Fed— que la preocupación por mantener al banco central fuera del juego político.
Los inversionistas bursátiles, dijo, podrían estar “tan encantados con la idea de tasas más bajas que no les importa si llegan como resultado de una interferencia del Gobierno”.
¡Lo cual es una idea bastante descabellada!
Cuando le pregunté a Sosnick si la independencia de la Fed podría no ser tan valiosa para el mercado como se ha afirmado durante tanto tiempo, respondió:
“Afirmo que la independencia del banco central es fundamental, y creo que no estoy solo en esa creencia”, agregó. “Pero tal vez no”.
Más preocupante aún, tal vez, es cómo percibe el Gobierno de Trump la reacción del mercado.
“Tenemos que preguntarnos si el reporte inicial fue un globo de ensayo para ver cómo reaccionaría el mercado si Powell fuera realmente despedido”, dijo Sosnick. “Francamente, las reacciones moderadas de las acciones y los bonos a 10 años podrían haber aumentado la disposición del presidente a tomar medidas, ya que la reacción inicial estuvo lejos de ser catastrófica”.
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